sábado, 4 de diciembre de 2010

Let the right one in

Entre la nada y la pena elijo la pena

William Faulkner




El hombre siempre ha sentido la necesidad de comparar sus estados de ánimo con los objetos y con las imágenes que le brinda la naturaleza. La selva oscura, los bosques, el desierto y otros paisajes han sido empleados como metáforas de las emociones y de las pasiones humanas.

En el caso de Let the right one in película sueca dirigida por Tomas Alfredson, la naturaleza es gélida e incomprensible, similar a la del corazón de sus personajes. En ese clima retorcido surge una amistad entre dos seres incomprendidos, miserables e incapaces de encajar en parte alguna: una "niña" vampira (Eli) y un adolescente acosado por sus compañeros del colegio y adicto a recolectar imágenes de crímenes sangrientos (Oscar). 

La vampira ha existido durante un incierto y largo periodo de tiempo, sin más amigos que un hombre estrafalario al cual domina y sin más compañía que los humanos a los que devora para sobrevivir. No siente culpa ni un especial placer al realizar estos actos. Son parte de su naturaleza y son el único medio que tiene para sobrevivir sin que la descomposición la alcance. Entre morir y matar elige lo último.

Por su parte, Oscar tiene una vida gris: vive en un hogar disfuncional con una madre incapaz de comprenderlo y posee una inteligencia que no le sirve para destacar sino para ser más consciente del desprecio que genera a su alrededor. 

La comunicación entre ambos es fría y lacerante, tornándose poco a poco más íntima surgiendo entre ellos un romance. Los obstáculos para este amor adolescente se hacen evidentes desde el principio: es imposible tener sexo, Oscar debe hacer frente a sus acosadores y soportar la vergüenza que eso le genera y Eli debe alimentarse, generando a su alrededor una serie de situaciones macabras y sórdidas. 

Lidiar con estas situaciones se torna difícil para ambos por lo que Eli, a pesar de la intensidad de sus emociones, decide alejarse de Oscar tratando de asegurar su tranquilidad. Sin embargo, Oscar se da cuenta que Eli es más que un ser adicto a la sangre y que puede comunicarse con ella a niveles más profundos de lo que ha hecho con cualquier persona en su corta vida. Por ello y aún sabiendo de los riesgos y del aislamiento que le espera, decide conscientemente dejarla entrar en su hogar y en su alma.

Más allá de los hermosos paisajes que mencioné al principio, esta película nos muestra el verdadero rostro de una sociedad cruel y asfixiante y el duro tránsito que deben soportar los seres que por su sensibilidad o particularidad, no encajan en ella.


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