sábado, 16 de octubre de 2010

Insondable mar

De las muchas y recurrentes imágenes que tengo en mis sueños, hay una que especialmente perturba mi memoria y me desconsuela cada vez que la evoco o que la vivo a través de ellos. Se trata del mar, inmenso e incomprensible. En un momento puedo estar en la playa tomando Sol, o simplemente viéndolo en su movimiento oscuro y rítmico. Sin embargo, no es sólo su imagen la que me produce esa sensación de desconcierto, sino más bien la forma en que éste se lleva algún objeto de mi pertenencia.

Ayer fue un zapato, sí uno solo. Lo miraba alejarse desde las alturas, sin siquiera estar cerca para poder recuperarlo. La otra vez, sentada junto al Sol , fue mi ropa. En mi sueño pude sentir su arrastre y mirar alejarse los objetos mientras me recorría una gran impotencia. Es insensato pretender recuperar algo que ha sido destinado a perecer. Es inútil mirar con esperanza al objeto o al ser que ya fue tragado por la inmensidad del mar, de la vida o de la muerte. Sólo me pregunto, ¿cómo será presenciar un naufragio? ¿Puede haber algún ejemplo más claro de la fragilidad humana?

Me despido, un abrazo.

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